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Monday, March 09, 2015

El Impostor de Javier Cercas




¿Quién es Enric Marco? Esta es la pregunta que Javier Cercas trata de contestar en ‘El Impostor’.  ¿Lo logra? Sí y no.  Sí, porque a “El Impostor” no le falta ni una coma.  No, porque al parecer Cercas no se da cuenta de que Marco hizo lo mismo que él: escribir la novela de su vida, sólo que en vez de usar lápiz y papel –como Cercas– Enric Marco utilizó su propia vida.
Cuando digo que a “El Impostor” no le falta ni una coma, quiero decir que la novela está tan bien escrita como puede estarlo una novela, pero no es suficiente.  La descripción ‘novela sin ficción’ es muy atractiva, pero al final una novela es una novela, es decir una verdad a medias, es decir una mentira.  Para saber quién es Enric Marco habría que haber intentado escribir un ensayo literario, algo relativamente sencillo para alguien como Cercas… ¿entonces?
En mi opinión lo que verdaderamente quería Javier Cercas es escribir una novela y Enric Marco es para él sólo un buen tema, pero saber quién es Enric Marco –el de carne y hueso– a Cercas le importa poco.  Por qué no mejor admitir que Marco es un mentiroso excelso, un creador, un artista, un novelista excepcional incluso tal vez mejor que el propio Javier Cercas.  ¿Por qué no renunciar a escribir una buena novela dejando en paz al pobre viejo?  ¿Por qué la crueldad de explicar con detalles –falsos, por cierto– la alteración de Moné a Marco hecha por Enric en Flossenbürg? 
Otra vez en mi opinión es porque Javier Cercas es un mentiroso excelso, un creador, un artista, un impostor excepcional incluso tal vez mejor que el propio Enric Marco.  Claro, en una novela se vale mentir, pero en la vida no –explica Cercas; pero ¿quién y con qué autoridad escribió estas reglas?  ¿No somos todos, en mayor o menor grado, mentirosos? ¿No somos todos, en algún momento, impostores?
Hay dos cosas en las que creo fervientemente: una, el hecho de que de médico, poeta y loco todos tenemos un poco y dos, el hecho de que en esta vida todo se paga.  Algunos, como Enric Marco, pagan sus pecados por adelantado.  Me explico, hay un pasaje en “El Impostor” que me llevó al borde de las lágrimas: Enric, de niño, visitando a su madre en el manicomio, esperando tal vez una caricia maternal que nunca llegó.  Era el momento de apagar el ordenador, olvidarse de “El Impostor”, dejar de ser novelista y volver a ser un ser humano.  Desgraciadamente, de igual manera que Enric Marco no pudo contenerse y alteró en Moné la ‘o’ por ‘a’, la ‘n’ por ‘rc’ y la ‘é’ por ‘o’ para que se pudiera leer Marco, Javier Cercas no pudo contenerse y continuó con su novela, perdiendo así la oportunidad de dejar de ser –por una vez en su vida– un gran impostor.